Aviones espía no tripulados ('drones') y portando cámaras de infrarrojos vigilarán a partir de la próxima semana las estaciones de metro y trayectos de tranvía de las ciudades alemanas, además de las estaciones de ferrocarril.
No se trata de una operación de prevención de ataques terroristas, sino de la lucha contra los grafiti. La empresa ferroviaria alemana Deutsche Bahn lanza esta ofensiva bélica para evitar los 7,6 millones que le cuesta al año eliminar en las instalaciones y en sus vagones los rastros creativos que dejan los vándalos en Alemania. Sólo el año pasado, fue necesario borrar más de 14.000 pintadas.
La operación de vigilancia se pondrá en marcha de forma experimental. El jefe de seguridad de la compañía, Gerd Neubeck, asegura que es perfectamente compatible con la exigente legislación que protege la privacidad en Alemania.
Las imágenes serán utilizadas como prueba judicial en caso de grabar a los artistas con las manos en la masa. Si no, serán borradas. El comando de estos helicópteros robot dotados de la más alta tecnología y con el logo de Deutsche Bahn estampado en el lomo han costado 60.000 euros.
No habrá grafitero que escape. El vuelo de los 'drones' alcanza los 150 metros de altura y los 54 kilómetros por hora. Operarán fundamentalmente de noche. Su independencia abarca un radio de 40 kilómetros a la redonda desde el punto de control y están programados para vigilar especialmente las superficies lisas y amplias que suelen llamar la atención de los artistas 'underground'.
A esta ofensiva tecnológica se suma otra administrativa. Deutsche Bahn está negociando convenios de cooperación con cuantas empresas disponen de cámaras de seguridad en torno a sus instalaciones para intercambiar datos y obtener así información más detallada sobre los agresores gráficos y su 'modus operandi'.
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